Wednesday, March 30, 2022

Ethne

Avril Hatting, Lady playing the violin




Entretanto, Durrance fue a pie solo hasta su casa recordando el día, dos años antes, en que por un extraño capricho del viejo Dermod Eustace, había sido llevado, contra su voluntad, a la casa que aquél habitaba junto al río Lennon, en Donegal y donde, con gran sorpresa suya había conocido a la hija de Dermod: Ethne. Porque sorprendía a todos cuantos habían hablado primero con el padre. Durrance había pasado una noche en la casa, oyéndola tocar el violín de espaldas al auditorio, costumbre suya por miedo a que una mirada o un gesto interrumpiera la concentración de sus pensamientos.
Las melodías que tocara sonaban en su oído ahora. Porque la muchacha poseía el don de la música y las cuerdas de su violín respondían acordes a las preguntas del arco.

(A.E.W. Mason, Las cuatro plumas)

No comments:

Post a Comment