Saturday, October 31, 2020

Ausencia

Ausencia, Marcus Stone
Vuelve el cielo, y el tiempo huye y calla, 
Y despierta callando tu tardanza;
Crece el deseo y mengua la esperanza
Tanto mas cuanto mas léjos te halla.

Mi alma es hecha campo de batalla,
Combaten el recelo y confianza,
Asegura la fe toda mudanza,
Aunque sospechas andan por mudalla.

Yo sufro y mueto, y díjete, Señora:
«¿Cuándo será aquel dia que estaré
Libre desta contienda en tu presencia?»

Respóndeme tu saña matadora:
«Juzga lo que ha de ser por lo que fué,
Que menos son tus males en ausencia.»

(Diego Hurtado de Mendoza)

Ausencia, Marie Mathieu

    Gran temor tiene mi vida
    de mirar vuestra presencia,
    pues amor en vuestra ausencia
    me hirió de tal herida;
    aunque peligrosa sea,
    deliro de conoceros,
    y si muero porque os vea,
    mi victoria será veros.

    (Jorge Manrique)




Ausencia, Karen Frison




Tu presencia y tu ausencia
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.

(Jorge Luis Borges)








Ausencia, Patrick Devreux




   Tu presencia y tu ausencia
   sombra son una de otra,
   sombras me dan y quitan.
   (¡Y mis brazos abiertos!)
   pero tu cuerpo nunca,
   pero tus labios nunca,
   felicidad, alma sin cuerpo, sombra pura.
   (Pedro Salinas)










Tuesday, October 20, 2020

Nostalgia

La nostalgia (del griego clásico νόστος «regreso» y ἄλγος «dolor») es un sentimiento de anhelo por un momento, situación o acontecimiento pasado. Es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido o vivido en una etapa y ahora no se tiene o ha cambiado. La nostalgia se puede asociar con la niñez, un ser querido, un lugar, un objeto personal estimado, o un suceso en la vida del individuo o de un grupo.
La palabra nostalgia es nueva y fue creada en el siglo XVII para describir el problema médico de ansiedad, sufrida por los mercenarios suizos que prestaban servicio lejos de su país. Pronto la nostalgia se asoció a la melancolía y pasó a formar parte del vocabulario del romanticismo.



Angelica Kauffmann, Penélope

Pero ahora estoy afligida, pues son tantos los males que la divinidad ha agitado contra mí; pues cuantos nobles dominan sobre las islas, en Duliquio y Same, y la boscosa Zante, y los que habitan en la misma Itaca, hermosa al atardecer, me pretenden contra mi voluntad y arruinan mi casa. Por esto no me cuido de los huéspedes ni de los suplicantes y tampoco de los heraldos, los ministros públicos, sino que en la nostalgia de Odiseo se consume mi corazón.
(Homero, Odisea)


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¿De qué se nutre la nostalgia?
Mirjana Gotovac, Nostalgia

Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.
(Mario Benedetti)

Nelya Shenklyarska, Nostalgia


"Vuelven de nuevo a mí, con tanta intensidad como en los claros momentos de Marinero en tierra, las canciones de corte musical, de repetidos estribillos, pero de contenido diferente. Como por transparencia, entrelazados al río y raro paisaje que las provocan, se ven latir en ellas todos los años de dolor y nostalgia que andan dentro de mí, al mismo ritmo de la sangre;"
(Rafael Alberti)





Elena Glushkov, Nostalgia

Pero al cabo de aquellos diez años le poseyó la nostalgia del país natal; y poco a poco enfermó de languidez; y sin cesar suspiraba pensando en su casa y en su ciudad; y creyó morir de aquel deseo reconcentrado. Pero un día, sin poder ya resistir a los apremios de su alma, ni siquiera se tomó tiempo para despedirse del rey, y se evadió y retornó al país de Hadramón, en el Yemán. Allí disfrazóse de derviche y fué a pie a la ciudad de Kaukabán; y ocultando su nombre y su condición, llegó de tal modo a la colina que dominaba la ciudad.
(Las mil y una noches, 616° Noche)


Janina Pazdan, Nostalgia



Para cubrir los peces del fondo, que agonizan
de frío, mis piadosas ondas se cristalizan,
y yo, la inquietuela, cuyo perenne móvil
es variar, enmudezco, me aduermo, quedo inmóvil.
¡Ah! Tú no sabes como padezco nostalgia
de sol bajo esa sábana siempre fría.
Tú no sabes la angustia de la ola que inmola
Sus ritmos ondulantes de mujer –su sonrisa-
al frío, y que se vuelve –mujer de Loth- banquisa:
ser banquisa es ser como la estatua de la ola.
(Amado Nervo)






Yuri Nikolaevich Zuev, Nostalgia

El libro bueno es el amigo que todo lo da y nada pide. El maestro generoso que no regatea su saber ni se cansa de repetir lo que sabe. El fiel transmisor de la prudencia y de la sabiduría antigua. El consuelo de las horas tristes. El que hace olvidar al preso su cárcel y al desterrado su nostalgia
(Gregorio Marañón)




Charles Courtney Curran, Nostalgia del verano


-Me gusta ser lógico Y quisiera atenerme a la lógica -dijo el capitán-. Y no creo que hayamos puesto el dedo en la llaga. Admitamos, Hinkston, como usted sugirió antes, que se viaje en cohete desde hace muchos años. Y que los terrestres, después de vivir aquí algunos años, comenzaron a sentir nostalgias de la Tierra. Primero una leve neurosis, después una psicosis, y por fin la amenaza de la locura. ¿Qué haría usted, como psiquiatra, frente a un problema de esas dimensiones?
(Ray Bradbury, Cronicas Marcianas)

Monday, October 19, 2020

Dulcinea

Dulcinea del Toboso es un personaje de la novela Don Quijote de la Mancha. Pero es un personaje ausente, porque es tan solo la percepción que don Quijote tiene de la mujer perfecta. Su importancia, a pesar de que nunca aparece fisicamente, está en que es la fuente de inspiración del valiente caballero para acometer sus hazañas, todas realizadas en su nombre.


Charles Robert Leslie, Dulcinea del Toboso


Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo, ni le dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto. (Don Quijote)


Joseph Feinsilver, Dulcinea del Toboso





Y así, bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo. Porque has de saber, Sancho, si no lo sabes, que dos cosas solas incitan a amar más que otras, que son la mucha hermosura y la buena fama; y estas dos cosas se hallan consumadamente en Dulcinea, porque en ser hermosa ninguna le iguala, (Don Quijote)



Alexander Kirillov, Dulcinea del Toboso


— Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta, o no, de que el mundo sepa que yo la
sirvo; sólo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea; su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas.(Don Quijote)


Carlos Vásquez, Dulcinea del Toboso

Así que, Sancho, por lo que yo quiero a Dulcinea del Toboso, tanto vale como la más alta princesa de la tierra. Sí, que no todos los poetas que alaban damas, debajo de un nombre que ellos a su albedrío les ponen, es verdad que las tienen. ¿Piensas tú que las Amariles, las Filis, las Silvias, las Dianas, las Galateas, las Alidas y otras tales de que los libros, los romances, las tiendas de los barberos, los teatros de las comedias, están llenos, fueron verdaderamente damas de carne y hueso, y de aquéllos que las celebran y celebraron? No, por cierto, sino que las más se las fingen, por dar subjeto a sus versos y porque los tengan por enamorados y por hombres que tienen valor para serlo. (Don Quijote)

 





Nota: Parece que ninguno de los pintores leyó el libro, porque Don Quijote dice claramente que "sus cabellos son oro"...

Saturday, October 17, 2020

Vándalos

                                                       

Declaración Pública

A propósito del uso de los términos "vandalismo" y "vandalizar", creo justo y necesario aclarar ciertas cosas.

En 1794, Henri Gregoire, obispo constitucional de Blois, Francia, inventó la palabra "vandalismo" para describir la destrucción de propiedades ordenada por la Convención Nacional durante la Revolución Francesa. Presumiblemente se inspiró en el saqueo de Roma que realizaron los ejércitos vándalo y moro en el año 455.

Sin embargo, es necesario aclarar que dicho saqueo no fue ni el único ni el más destructivo de los sufridos por Roma, destacándose los del año 390 a.de C. por los galos, del 410 por los visigodos, del 546 por los ostrogodos y del 1084 por los normandos.
¿Por qué entonces el susodicho obispo no inventó las palabras "galismo", "visigotismo", "ostrogotismo" o "normandismo"? 

Queda en evidencia que el abate Gregoire dio un trato abusivo, arbitrario, tendencioso, malintencionado y perverso al honesto pueblo vándalo, el que hoy exige justicia y conmina al obispo a inventar, desde el círculo del infierno en que esté, otra palabreja para describir el "espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, sagrada ni profana", dejando en paz al pueblo vándalo, que si bien saqueó Roma, lo hizo cumplidamente, honrando el trato que hizo con el Papa Leon I de no quemarla ni matar a sus habitantes.


                                     Genserico, Rey de los Vándalos y los Alanos 
                                                         (su firma y sello)