Los Nibelungos (otra lectura)

Releyendo el Cantar de los NIbelungos, recordé cuanto me gustó la historia hace más de 60 años: el héroe Sigfrido, que combate con los nibelungos, mata al dragón Fafnir y se baña con su sangre. El terrible guerrero que después blande la Balmunga, la hermosa Brunilda, la virginal Crimilda y etc.
Pero ahora, viéndola desde otro punto de vista, vengo a caer en que el famoso Sigfrido y su amigo el burgundio rey Gunther no eran más que un par de tontos en grado sumo, ¡qué decepción! Al final el malo, Hagen von Tronje, es recontra malo, pero no engaña a nadie, es simplemente malo.

Sigfrido es un héroe, de eso no hay duda, pero una cosa es que como guerrero era mortífero y otra es que como persona tenía bastante que desear.

Claro, lucha con Nibelungo y Schilbungo y los mata, quedándose con el tesoro. Tesoro que los nibelungos habían robado antes a las ninfas del Rin. Es decir que roba a unos ladrones, ese el dudoso mérito.

Después de matar al dragón Fafnir se baña en su sangre, lo que lo hace invulnerable (excepto por un pequeño lugar en su espalda). Además, Sigfrido se consigue una capa que lo hace invisible y le da la fuerza de doce hombres. Así, cualquiera gana.

Después, cuando Sigfrido llega a Worms, pide al rey Gunther la mano de su hermana, la hermosa Crimilda. Gunther acepta dársela siempre y cuando Sigfrido le ayude a conquistar a la valquiria Brunilda.

El problema estaba en que Brunilda era tremendamente fuerte y solo se casaría con el hombre que la venciera en la lucha.

Gunther lucha con ella, es decir que hace las veces de que le lucha pero en realidad el que lucha es Sigfrido con su capa de invisibilidad, y como tiene la fuerza de doce hombres, vence a la valquiria. Esta acepta casarse con Gunther convencida que fue vencida por él.

Ahora, ¿qué clase de hombre es el que contrata a otro para que conquiste a una mujer por él?. El tal Gunther es un real papanatas.

Luego de casados Gunther y Brunilda, en la noche de bodas cuando Gunther quiere poseerla, Brunilda se defiende, esperando ser doblegada por su fuerte marido (eso cree ella), pero el vencido es Gunther y Brunilda, que es una mujer que se las trae, lo cuelga de un clavo en la pared.

¿Qué hace Gunther? bueno, le pide (otra vez) a Sigfrido que lo ayude aplacando a Brunilda. Sigfrido se pone su famosa capa y en la oscuridad doblega a Brunilda, es decir que la viola, en otras palabras.

Por supuesto que Brunilda cree que fue su marido el que la tomó. Sigfrido, desgraciado y mala clase como era, aprovechó de robar a Brunilda su anillo y su cinturón, sin los cuales la valquiria perdía su fuerza.

Después, estúpido como era Sigfrido, le regala a su esposa Crimilda el anillo y el cinturón de Brunilda.

Tiempo después Crimilda, disputando con Brunilda, le muestra el anillo y el cinturón. Brunilda queda humillada hasta el suelo, ha sido engañada dos veces. Primero cuando es vencida por primera vez y luego cuando otro hombre la toma en lugar de su marido, de paso descubre que su marido Gunther es un perfecto imbécil.

Después, ¿cómo juzgar a Brunilda?, si decidió vengarse de Sigfrido tenía toda la razón, y el famoso héroe tuvo una muerte por traición, que no merecía menos por actuar tan asquerosamente al ayudar a Gunther.

Hagen von Tronje, el que mató a Sigfrido, actuó como debía actuar un leal vasallo de su rey. Debía lealtad a Gunther, y a su esposa Brunilda por extensión. Mató a Sigfrido a instancias de su reina y para salvar, por lo menos en apariencia, el honor de su rey, que había quedado por el suelo (la complicidad de Gunther es innegable). Claro que de paso se queda con el tesoro y la espada de Sigfrido.

Al final, la viuda Crimilda decide vengarse y lo hace de manera atrozmente sanguinaria, haciendo matar a su hermano y matando personalmente a Hagen, quién además mató a su hijo.

Luego, Hildebrando la mata a ella, no porque Crimilda no tuviera motivos para vengarse, sino porque consideró deshonroso que un guerrero como Hagen muriera a manos de una mujer.

Pobres Brunilda y Crimilda, son las verdaderas heroínas del Cantar, no los infames Sigfrido y Gunther, digan lo que digan los especialistas en el cuento.