Saturday, August 22, 2020

Ray Bradbury

El 22 de agosto de 1920 nació Ray Bradbury, poeta y escritor estadounidense de fantasía y ciencia ficción. Aunque él se consideraba a sí mismo como un escritor del género fantástico, y sostenía que su única obra de ciencia ficción era Farenheit 451 y las demás eran de fantasía, se le considera como el escritor que logró que la ciencia ficción fuese tomada en serio.
En todo caso habría que dejar en claro que si alguien cree que para referirse a Ray Bradbury basta con nombrar a Fahrenheit 451 se equivoca, y si alguien cree que bastaría con agregar Crónicas Marcianas, se equivoca también porque Bradbury es mucho más que un par de libros, es un universo en sí mismo, lleno de humanidad, de poesía y fantasía.


Siempre llevo conmigo lo invisible,
las cosas que sé pero no conozco
y pretendo averiguar a tientas
en ese país de ciegos
que es la mente y cada pensamiento
y todo cambio climatológico interior.
Palpo el cambio de luz
los distintos tonos de los atardeceres camino de la noche;
de todos esos sueños en penumbra antes del alba
escribo poemas, les ofrezco un hogar,
del jardín jeroglífico donde los perros garabatean
escribiendo futuros sobre un trébol lleno de escarcha,
que se marchita o muere.



Sólo resta mencionar una predicción que mi Bombero jefe, Beatty, hizo en 1953, en medio de mi libro. Se refería a la posibilidad de quemar libros sin cerillas ni fuego. Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe. Si el baloncesto y el fútbol inundan el mundo a través de la MTV, no se necesitan Beattys que prendan fuego al kerosene o persigan al lector. Si la enseñanza primaria se disuelve y desaparece a través de las grietas y de la ventilación de la clase, ¿quién, después de un tiempo, lo sabrá, o a quién le importará?
. . . 
Pero el Bombero jefe en la mitad de la novela lo explica todo, y predice los anuncios televisivos de un minuto, con tres imágenes por segundo, un bombardeo sin tregua. Escúchenlo, comprendan lo que quiere decir, y entonces vayan a sentarse con su hijo, abran un libro y vuelvan la página.
(Farenheit 451)



Tenían en el planeta Marte, a orillas de un mar seco, una casa de columnas de cristal, y todas las mañanas se podía ver a la señora K mientras comía la fruta dorada que brotaba de las paredes de cristal, o mientras limpiaba la casa con puñados de un polvo magnético que recogía la suciedad y luego se dispersaba en el viento cálido. A la tarde, cuando el mar fósil yacía inmóvil y tibio, y las viñas se erguían tiesamente en los patios, y en el distante y recogido pueblito marciano nadie salía a la calle, se podía ver al señor K en su cuarto, que leía un libro de metal con jeroglíficos en relieve, sobre los que pasaba suavemente la mano como quien toca el arpa. Y del libro, al contacto de los dedos, surgía un canto, una voz antigua y suave que hablaba del tiempo en que el mar bañaba las costas con vapores rojos y los hombres lanzaban al combate nubes de insectos metálicos y arañas eléctricas.
(Crónicas Marcianas)





El anuncio que había en la pared parecía temblar bajo una deslizante película de agua caliente. Eckels notó que sus pestañas parpadeaban, y el anuncio brilló en aquella momentánea obscuridad:
SAFARI EN EL TIEMPO S. A.
A Eckels se le formó una flema en la garganta. Tragó saliva empujando hacia abajo la flema. Los músculos alrededor de la boca dibujaron una sonrisa mientras que lentamente alzaba su mano, con la que agitaba un cheque por valor de diez mil dólares ante el hombre situado al otro lado del escritorio.

SAFARIS A CUALQUIER AÑO DEL PASADO
USTED ELIGE EL ANIMAL
NOSOTROS LE LLEVAMOS ALLÍ
USTED LO MATA

–¿Este safari garantiza que yo regrese vivo?
–No garantizamos nada –dijo el oficial–, excepto los dinosaurios –se volvió–. Éste es el señor Travis, su guía para el safari en el pasado. Él le dirá a qué debe disparar y en qué momento. Si usted desobedece sus instrucciones, hay una multa de otros diez mil dólares, además de una posible sanción por parte del gobierno, a la vuelta.
(El ruido de un trueno)



-¿La forma de un cerdo?-preguntó el mandarín-. -La forma de un cerdo-respondió el mensajero y partió-. -Oh, que mal día en un mal año-exclamó el mandarín-, cuando yo era niño la ciudad de Kwan-Si, del otro lado de la montaña, era muy pequeña. Pero ahora ha crecido tanto que le pondrán una muralla. -Pero, ¿Por qué una muralla a tres kilómetros de distancia enoja y entristece a mi buen padre?-preguntó serenamente la hija del mandarín-. -Esa muralla-dijo el mandarín-¡Tiene la forma de un cerdo! ¿No entiendes?, la muralla de nuestra ciudad tiene forma de una naranja. ¡El cerdo nos devorará velozmente! -Ah. El mandarín y su hija se quedaron pensando.
(Dorada cometa, el plateado viento)




1 comment:

  1. He leído todo las ficciones, cuyos fragmento incluís en esa entrada.

    Crónicas marcianas es un clásico de la ciencia ficción, aunque que no haya marcianos en Marte. Un error que debe ser corregido, el error que no haya marcianos como los de libro.
    Hubo una adaptación para televisión, que incluye el cuento Ylla. Pero es algo fallido, los personajes se comportan como robots inexpresivos. Cuando Ylla es una mujer con fantasías románticas con un terrestre, aburrida de la rutina de su matrimonio.
    Es de destacar Usher II, con una similitud a Farenheintt 451, con una venganza al estilo de la ficción de Poe.

    El ruido del trueno es un gran relato. Y con las consecuencias del cambio temporal, es para preguntarse si el cuento no es real.

    Interesante entrada.

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