Saturday, July 3, 2021

Témpanos

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Y sobre el agua azul el caballero
Lohengrin; y su cisne, cual si fuese
un cincelado témpano viajero.
(Rubén Darío)




 


Un témpano es, en el sentido más común de la palabra, una masa de hielo flotante, plana y delgada, desprendida de una masa de hielo más grande. La palabra que mejor describe una gran masa de hielo flotante en el océano, es el extranjerismo iceberg,  (ice=hielo berg=montaña) ya que la definición que da de témpano el diccionario castellano, no es específica y contiene otras seis acepciones de muy diferente significado.
Las palabras témpano de hielo se usan en sentido figurado para describir a una persona fría, falta de sentimientos y nada expresiva en lo afectivo.

william bradford entre los hielos
William Bradford, Entre los hielos
                         
El cataclismo que en el comienzo del mundo bifurcó el canal Beagle en sus dos brazos, el noroeste y el suroeste, dejó como extraño punto de ese ángulo a la Isla del Diablo, donde los remolinos de las corrientes de los tres canales hacen muy peligrosa su travesía, de tal manera que los navegantes han llegado a llamarla con ese nombre espantable.
Y ahora tenía una sorpresa más: allí rondaba la siniestra mole blanca del témpano que llevaba a su bordo un fantasma que aterrorizaba a los navegantes de la ruta.
Pero pasamos sorteando la entrevesada corriente, sin avistar el extraño témpano.
—¡Son patrañas! —exclamó el patrón Fernández, mientras evitábamos los choques de los pequeños témpanos que como una curiosa caravana de cisnes, pequeños elefantes echados, góndolas venecianas, seguían a nuestro lado.
(Francisco Coloane, El témpano de Kanasaka)

The_Iceberg_Frederic Edwin Church 
                                            Frederic Edwin Church, El témpano

-¿ Qué piensa usted de eso?- le pregunté.
Hurliguerly miró con atención; y como la goleta, impulsada por la brisa, se aproximaba a la masa, era más fácil acertar.
-En mi opinión, señor Jeorling- respondió el contramaestre,- eso que vemos no es una ballena, ni un resto de un buque, sino simplemente un témpano de hielo...
-¡ Un témpano de hielo!- exclamé.
-Hurliguerly no se equivoca- afirmó Jem West- Se trata de un pedazo de hielo que las corrientes han arrastrado...
-¿Hasta el paralelo cuarenta y cinco? repuse.- ¿Cómo es posible?
-Se ve con frecuencia- añadió el segundo,- y los hielos llegan a veces hasta el paso del cabo, a creer a un navegante francés, el capitán Blosseville, que lo encontró a la altura en 1828.
-Entonces éste no puede tardar en fundirse- dije yo bastante asombrado de que West me hubiese honrado con tan larga respuesta.
(Julio Verne, La esfinge de los hielos)

tempano a la deriva 
                           Témpano a la deriva

1º de enero de 1828.-Este día nos encontramos rodeados completamente por los hielos, y nuestras perspectivas parecían en realidad muy tristes. Un fuerte vendaval sopló durante toda la mañana, procedente del nordeste, y lanzó contra el timón y la bovedilla grandes témpanos con tal violencia, que todos temblábamos por las consecuencias. Al anochecer, cuando el vendaval soplaba aún con furia, un gran banco de hielo se rompió frente a nosotros y pudimos, haciendo fuerza de vela, abrirnos paso entre los pedazos más pequeños hasta más allá del mar abierto. Mientras nos acercábamos a este lugar. fuimos arriando gradualmente las velas y, cuando al fin nos vimos libres, nos pusimos al pairo con una sola vela de trinquete con rizos.
(Edgar Allan Poe, Las aventuras de Arthur Gordon Pym)

I.E.C. Rasmussen velero entre los témpanos
I.E.C. Radmussen, Velero entre los hielos
                
Durante los tres primeros días, Jack luchó con todas sus fuerzas por que la fragata siguiera navegando hacia el suroeste en contra del viento hasta los sesenta grados de longitud, mientras todos temblaban porque el hielo cubría la cubierta y toda la jarcia, incluidas las vergas, las velas, los cabos y los motones, y porque la espuma que llegaba hasta ellos era extremadamente fría. Quería que siguiera ese rumbo, a pesar de que había peligro de que chocara con algún témpano durante la noche, porque tenía la esperanza de que mucho más al sur el viento cambiaría. El viento cambió, pero arreció y roló al oeste, y a causa de ello, las enormes olas que se movían hacia el este aumentaron mucho más, y entre sus blancas crestas, separadas un cuarto de milla, el mar verde grisáceo formaba profundos senos. Lo único que la fragata podía hacer era estar en facha, y un día, un día espantoso en que la superficie del mar se había convertido en un conjunto de gigantescas olas y profundos senos y el aire estaba casi saturado de espuma, tuvo que dejarse arrastrar por el viento y retrocedió buena parte de la distancia que había recorrido.

(Patrick O'Brian, La costa más lejana del mundo)

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Julio Martínez Vásquez, El Pampa hacia las Orcadas

Antes habra visto icebergs ya formados, pero nunca en la escala que se presentaban allí. En los enormes acantilados helados, de trescientos metros de altura, aparecían repentinamente grietas. Una enorme sección de ellos se desprendía, cayendo y girando lentamente. Cuando se aplastaban contra el agua, se levantaba ésta formando grandes fuentes, que se extendían a su alrededor. Las aguas desplazadas retrocedían en rompientes, que chocaban entre sí formando tremendas salpicaduras, mientras un témpano de hielo tan grande como una isla pequeña daba vueltas y se precipitaba en el abismo hasta que recobraba el equilibrio. Doscientos kilómetros arriba y abajo, la costa que veíamos presentaba el mismo aspecto. Con mucha frecuencia a un témpano de hielo no le daba tiempo a flotar, porque otro se había desprendido ya y caído sobre él. Los desprendimientos eran tan colosales que se comprendían difícilmente. Sólo por la aparente lentitud de las caídas y por la forma en que los enormes chorros de agua parecían suspendidos en el aire - la paz majestuosa de todo ello -, éramos capaces de contar la grandeza de lo que estábamos viendo.
(John Wyndham, Kraken acecha)

 
                  
david rosenthal tempano en la niebla
David Rosenthal, Témpano en la niebla

Hasta el 20 de Junio hice excelentes progresos en mi viaje hacia el sur y el oeste, el tiempo era generalmente excelente, algunas veces viendo sobre los témpanos algunos cadáveres de osos, otras veces hallaba manadas de morsas muertas y vivas, cuadrilla tras cuadrilla de pingüinos, etc., es decir, toda la gama de animales árticos, y fue hacia la medianoche del 29 de Junio, cuando hallándome sobre un témpano mirando hacia el sol vieron mis ojos algo, allá en la lejanía, hacia el sur, al través del mar de témpanos, eran los mástiles de un barco.
¿Era un barco real o una visión fantasmal? Ambos eran lo mismo para mí; que se tratase de realidad podía creerlo difícilmente, pero semejante visión hizo latir aceleradamente mi corazón como si fuera a morir y blandiendo suavemente los canaletes junto a mi cabeza, caí de rodillas y luego tan largo como soy.
(M. P. Shield, La nube purpúrea)

 


Gorov, Zhukov y el marinero Semichastny treparon al puente y se volvieron hacia babor. El mar no estaba en calma, pero tampoco tan embravecido como cuando emergieron unas horas antes para recibir el mensaje del Ministerio de Marina. El iceberg se encontraba un poco a babor y los resguardada parcialmente de las olas y los vientos de la tormenta.
No podían ver aún el témpano, aunque las imágenes de radar y de sonar les indicaron que era gigantesco, tanto por arriba del agua como en la parte sumergida. Estaban apenas a cincuenta o sesenta metros del objetivo, pero la oscuridad resultaba impenetrable. Tan sólo la intuición le indicaba a Gorov que algo gigantesco se cernía cerca de ellos, y la certeza de estar a la sombra de un coloso invisible fue una de las sensaciones más aterradoras y desconcertantes que hubiera experimentado alguna vez.
(Dean Koontz, Atrapados en el hielo)






Alfred memelik, tempano a estribor
                           Alfred Memelik, Témpano a Estribor

El sueño va sobre el tiempo
flotando como un velero.
Nadie puede abrir semillas 
en el corazón del sueño.
¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta!
¡Qué témpanos de hielo azul levanta!
(Federico García Lorca)

5 comments:

  1. Hace años, tenía en mis marcadores el enlace a la cámara que había en el Perito Moreno y que transmitía en tiempo real. Lo miraba casi todos los días a distintas horas, pues la luz cambiaba continuamente y el glaciar con ella. Hasta una vez vi desprenderse un témpano...

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    1. Todo un espectáculo. Dicen que por el calentamiento global eso está sucediendo con mayor frecuencia...

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    2. Tengo que buscar de nuevo ese enlace a ver si sigue la cámara, pues era muy bonito verlo. Me lo mandó una amiga argentina...

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  2. ¡Qué ilusión! Un poco de frío no me vendría mal. A las cuatro y media de la madrugada y hay más de 27 grados en casa, al igual que en la calle, y no sopla un brisa de viento, con esta temperatura no hay quien duerma.

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    1. Bueno, si ver la imagen de un témpano ayuda...

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